La oferta de juego en la Comunidad de Madrid ha disminuido. La reducción más significativa se está produciendo en los bares con máquinas recreativas “B” instaladas, desde 2020 han cerrado casi quinientos, reflejo de la transformación de la hostelería a través del cierre de los bares de autónomos de pequeñas dimensiones.
Se mantiene el descenso de salas de bingo y locales especializados en apuestas. En salones, el número de autorizados desciende ligeramente, pero unos cuarenta permanecen sin abrir o abrir episódicamente.
En los locales de juego se está produciendo una racionalización de la oferta despareciendo los locales con baja rentabilidad. La lógica implacable del mercado ha depurado los locales y bares no rentables.
